miércoles, 15 de marzo de 2023

La Formación de Hegel a Gadamer

 
Formación, cultura y hermenéutica: 
de Hegel a Gadamer

Para comprender cómo se forma un individuo, es esencial considerar su contexto cultural e histórico. La realidad que rodea al sujeto es crucial para su autoformación, por lo que es importante tener en cuenta el entorno en el que se desarrolla. Un concepto clave en este sentido es la "gestalt", que ve al ser humano como un todo compuesto por cultura, lenguaje, sentimientos, y más.

Autores como Hegel y Gadamer hablan sobre la formación y su relación con la cultura y la historia. Hegel considera la formación como un proceso en el que el individuo adquiere conocimientos y habilidades para convertirse en un ser libre y racional, capaz de comprender la cultura y la historia de su tiempo. La cultura, según
Hegel, configura la identidad de una sociedad, mientras que la historia es el desarrollo progresivo de la razón en la humanidad.

Por su parte, Gadamer retoma la noción de formación y la integra en su teoría hermenéutica. Según esta, la formación implica interpretar y comprender la cultura y la historia a través de la experiencia y la tradición. La comprensión no es un proceso cognitivo puramente individual, sino que está mediada por la tradición y la experiencia histórica y cultural.


La hermenéutica es especialmente relevante para las ciencias del espíritu, ya que busca comprender la vivencia humana en toda su complejidad y amplitud a lo largo del tiempo y la historia del sujeto. Gadamer está influenciado por el romanticismo, en el que se toman en cuenta los sentimientos para tener una buena educación y formación del sujeto. "Usa los sentimientos no solo la razón para tu formación", es su recomendación. Esta hermenéutica tiene importantes implicaciones para la educación, ya que permite una comprensión crítica y reflexiva de la cultura y la historia, y favorece el desarrollo de la capacidad de diálogo y comunicación entre diferentes culturas y tradiciones. La comprensión se logra a través del diálogo y la interpretación, lo que conduce a la construcción de un conocimiento más concreto y contextualizado.

En este sentido, es importante destacar que no existe una verdad absoluta, sino que cada sujeto tiene su propia verdad. Para conocerla, es necesario comprender el contexto y tener una experiencia hermenéutica que permita analizar y comprender para tener una nueva experiencia. No hay pensamiento sin lenguaje, y el diálogo es esencial para el aprendizaje y para llegar a una verdad compartida. 

En conclusión, Gadamer destaca la importancia del estudio de las lenguas y el diálogo en el proceso de formación. La formación se da en la convivencia y en las relaciones sociales naturales, lo que ayuda al desarrollo humano. La racionalidad dialógica y experiencial es esencial para superar el anonimato tecnológico y para evitar la masificación en la educación. Las máquinas tienen capacidad informativa pero no comunicativa, y es difícil que el profesorado pueda reconocer a sus alumnos de manera personalizada en una educación masificada. Posiblemente en esta pedagogía hermenéutica que adopta los valores humanistas para la formación del ser humano, podemos encontrar herramientas para escapar de los efectos perjudiciales de una cultura altamente tecnológica que solo se enfoca en el éxito y la eficiencia. Por encima de la materialidad, debería prevalecer el mundo espiritual que hemos heredado a través del patrimonio histórico que representa nuestra cultura. Tenemos la responsabilidad de transmitirlo a las futuras generaciones.



Bibliografía:

  • Vilanou, C. (2002). Formación, cultura y hermenéutica: de Hegel a Gadamer. Revista de Educación 328, 205-223.



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