jueves, 4 de mayo de 2023

¿Puede ser considerada la pedagogía crítica como una teoría general de la educación?

Supuestos e ideas centrales en que se sustenta la pedagogía crítica

Los autores, incluyendo a Michael Apple, Paulo Freire, Peter McLaren y Henry Giroux, se han preocupado por analizar críticamente los contenidos e ideologías enseñadas en las escuelas, y desarrollar una pedagogía crítica capaz de desarticular la lógica de dominación existente tanto dentro como fuera de las escuelas. Esta pedagogía surgió en los años sesenta-setenta como una reacción a la tendencia tecnológica dominante, y aglutina a autores críticos frente a esta tendencia y a la escuela tradicional


Los supuestos e ideas centrales que sustentan la pedagogía crítica se basan en la premisa inicial de que vivimos en un mundo marcado por contradicciones y desigualdades sociales, donde los problemas sociales no son hechos aislados sino que son consecuencias de los intentos de unos grupos de dominar a otros. En este marco, las escuelas son vistas como instrumentos al servicio de los intereses de la riqueza y el poder, ya que descalifican los valores y habilidades de los estudiantes más desfavorecidos (minorías, pobres y mujeres), al tiempo que mantienen, transmiten y reproducen el status quo y la cultura de los grupos dominantes. Según la pedagogía crítica, las escuelas son decididamente instituciones políticas donde diferentes fuerzas sociales luchan por imponerse (McLaren, 2005).

Sin embargo, aunque los teóricos críticos describen las escuelas como espacios de reproducción y dominación, también consideran que pueden ser espacios de liberación y contextos donde la crítica puede florecer, cuestionando modelos sociales hegemónicos y construyendo modelos alternativos y emancipadores, y donde se pueden generar espacios de diversidad que permitan a los estudiantes alejarse del individualismo y conectarse con la realidad social. Según McLaren (2005: 204), "La naturaleza dialéctica de la pedagogía crítica permite al investigador educativo ver la escuela no simplemente como un lugar de adoctrinamiento o socialización o como un sitio de instrucción, sino también como un terreno cultural que promueve la afirmación y la autotransformación del estudiante". Para lograr esto, la pedagogía crítica integra entre sus principios fundamentales la provisión de dirección histórica, cultural, política y ética a aquellos involucrados en la educación que aún se atreven a tener esperanza (McLaren, 2005).

Para cambiar las escuelas existentes y construir otras verdaderamente democráticas donde todos tengan un lugar, las escuelas públicas, de acuerdo con la pedagogía crítica, necesitan abrir espacios ideológicos para el debate social que representen diversas expresiones culturales y diferentes sensibilidades.

En el ámbito curricular, argumentan la inexistencia de objetivos y contenidos universales y proponen como criterios para su selección que sean reales, enseñen valores y sean seleccionados democráticamente. Entre las críticas que se hacen a los seguidores de esta pedagogía, las más destacadas son que son excesivamente teóricas y/o criticadas por no ofrecer respuestas o soluciones concretas a los problemas sociales; que utilicen un lenguaje demasiado complicado para los profesores; que argumentan que los pedagogos críticos solo permanecen en el nivel de la concienciación sin poner suficiente énfasis en la acción política y la organización, y que la pedagogía crítica enfatiza demasiado los aspectos políticos de la educación.

A estas críticas, los defensores de la pedagogía crítica contraargumentan que la pedagogía que proponen es más una postura problematizadora que un modelo a seguir; que su papel, como el de los educadores, no es tanto ofrecer "respuestas dogmáticas o preestablecidas a problemas sociales, económicos o políticos, sino alentar y estimular el cuestionamiento y hacer problemáticas las injusticias sociales existentes" (Farahmandpur, 2005: 17); y que utilizan un lenguaje aparentemente complicado pero necesario para explicar una realidad compleja, ya que el objetivo central de la pedagogía crítica es "equipar a los maestros con un lenguaje vernáculo crítico para ayudarlos a reconocer las clases sociales como una relación social objetiva" (2005: 16). Argumentan que la pedagogía crítica es una invitación a desarrollar un lenguaje crítico, habilitador y esperanzador, y que son los propios individuos (maestros, estudiantes, padres, directores comprometidos, etc.) quienes deben tomar posiciones y emprender acciones políticas concretas. Además, incluso aquellos que no suscriben este enfoque, como McNeil (1990), reconocen que el lenguaje marcadamente contestatario y crítico utilizado en los primeros escritos de los seguidores de este enfoque pedagógico ha sido modificado para incluir el lenguaje de la posibilidad.

Componentes que según Moore (1987) debe contener una teoría para ser considerada una teoría general de la educación

En este apartado trata sobre los componentes que una teoría general de la educación debe contener, según Moore (1987), y si la pedagogía crítica cumple con estos requisitos, una teoría general debe tener suposiciones generales, una finalidad valiosa, supuestos sobre el material con el que se trabaja, la naturaleza de los alumnos, la naturaleza del hombre, la naturaleza del conocimiento y las habilidades, y sobre la efectividad de diferentes métodos pedagógicos. También debe contar con conceptos generados en las ciencias de la educación, ordenados de manera útil desde un punto de vista práctico y teórico, y pretender dar un programa comprehensivo para producir un determinado tipo de persona, un hombre educado.

En cuanto a la pedagogía crítica, según Freire, su finalidad es contribuir a la 'concientización' de los sujetos y a invitarlos a ejercer su "derecho a participar conscientemente en la transformación socio-histórica de su sociedad". Giroux propone que la educación sea entendida como "una práctica moral y política cuyo propósito sea no solamente introducir a los estudiantes al gran conjunto de ideas y tradiciones intelectuales sino también enseñarles a involucrarse, a través del diálogo crítico, en el análisis y la comprensión de esos corpus de conocimientos heredados". Para la pedagogía crítica, el compromiso ineludible de los participantes en el proceso educativo es el de analizar de manera crítica, activa y reflexiva tanto sus prácticas educativas y sociales, como los valores y estructuras sociales dominantes para tratar de transformarlos.

 

La pedagogía crítica plantea una finalidad valiosa para la educación, tiene supuestos sobre el material con el que se trabaja, la naturaleza de los alumnos, la naturaleza del hombre, la naturaleza del conocimiento y las habilidades, y sobre la efectividad de diferentes métodos pedagógicos. Además, cuenta con conceptos generados en las ciencias de la educación y pretende dar un programa comprehensivo para producir un determinado tipo de persona, un hombre educado. La pedagogía crítica cumple con estos requisitos al centrarse en la concientización y la transformación social, y al proponer una educación crítica, activa y reflexiva.

El segundo elemento de análisis: la naturaleza del ser humano y de los alumnos

Se menciona la importancia de comprender la naturaleza del ser humano y de los alumnos en la teoría de la educación, especialmente en la pedagogía crítica, además de la necesidad de responder preguntas fundamentales sobre la condición humana, como "¿Qué significa ser humano?" y "¿Cómo podemos vivir humanamente?", para establecer supuestos claros en los que se base la teoría educativa.

Para el autor Paulo Freire, los seres humanos son seres históricos e inacabados, y la historia es tiempo de posibilidad y no de determinismo. Según él, la educación no debe ser vista como una simple transferencia de conocimientos, sino como una construcción conjunta de saber por parte del educador y del educando. La pedagogía crítica también destaca que las personas nacen en un mundo lleno de asimetrías de poder y que la educación puede ser utilizada para transformar este mundo en uno más justo e igualitario. Además, señala que tanto los maestros como los alumnos pueden ser intelectuales transformadores y que la enseñanza y el aprendizaje pueden insertarse directamente en la esfera política.  Paulo destaca que los profesores deben ser educados para pensar críticamente, ubicarse en sus propias historias y ejercer una responsabilidad moral y pública en sus roles como intelectuales críticos y transformativos. La educación debe ser vista como un proceso de construcción conjunta de saber, donde tanto el educador como el educando tienen un papel activo y transformador en la sociedad.

El tercer elemento: la naturaleza del conocimiento

En la educación, el conocimiento es un elemento clave que está presente en el currículum escolar y es importante para la formación de los estudiantes. La pedagogía crítica sostiene que el conocimiento no es neutral, sino que está construcción social, cultural e históricamente. Por tanto, es necesario analizar quién determina y legitima qué conocimientos deben ser enseñados en las escuelas y con qué finalidades e intereses se hace. Los pedagogos críticos afirman que el proceso de selección y determinación de los contenidos escolares debe ser democrático y participativo, donde la comunidad educativa tenga un papel relevante.

En este sentido, los teóricos críticos se interesan en develar los conocimientos, habilidades, competencias y valores que se incluyen en el curriculum oficial, para analizar quién tiene el poder y cómo se estructura el conocimiento en las instituciones educativas. Según Apple, la selección y estructuración del conocimiento está íntimamente relacionada con los principios de control social y cultural de una sociedad. Por tanto, los educadores deberían abordar el análisis crítico de los contenidos escolares existentes y trabajar para seleccionar contenidos amplios, liberadores e incluyentes que permitan a los estudiantes una mejor comprensión y transformación de su mundo-mundos y los ayuden a construir un mundo mejor.

La naturaleza del conocimiento en la educación es un tema fundamental para los teóricos críticos y para la pedagogía crítica en general. La selección y determinación de los contenidos escolares debe ser un proceso democrático y participativo que permita a la comunidad educativa involucrarse en la deliberación de lo que es importante y trabajar para seleccionar contenidos significativos humana y socialmente hablando. En este sentido, la educación puede ser una herramienta transformadora para construir una sociedad más justa y solidaria.

El cuarto elemento: el método pedagógico

El método pedagógico es fundamental para cualquier proceso educativo, y una teoría general de la educación debe plantear supuestos que orienten su construcción o selección. Aunque los teóricos de la pedagogía crítica iniciaron criticando la pedagogía tradicional, posteriormente comenzaron a proponer planteamientos que posibilitaran construir o seleccionar métodos pedagógicos acordes con los postulados de la teoría crítica y estrategias concretas para el uso en el aula. El brasileño Paulo Freire es uno de los más conocidos, quien propuso una pedagogía crítica, problematizadora, dialógica, liberadora, de la esperanza, del oprimido, o de la posibilidad. Freire sostiene la necesidad de romper la educación "bancaria" y unidireccional que caracteriza a la mayoría de las escuelas y generar una nueva educación donde educadores y educandos aprendan a expresarse, crear y recrear conocimiento que les permita transformar la realidad. Para él, "el diálogo es la relación que hace posible el acto cognoscente [...] nadie educa a nadie, así como tampoco nadie se educa a sí mismo. Los hombres se educan entre sí, mediatizados por el mundo". Giroux y McLaren buscan posteriormente "construir un modelo pedagógico en el cual las nociones de lucha, voz estudiantil y dialogo crítico sean centrales para el desarrollo de una pedagogía emancipatoria". Para ello proponen utilizar en las clases lo que ellos denominan análisis de discursos textuales, que consiste en analizar las representaciones e intereses socialmente construidos que organizan y validan lecturas particulares de los materiales curriculares. Los educadores distanciados del texto pueden descubrir las capas de significados, contradicciones y diferencias inscritas en la forma y el contenido de los materiales de clase. Una pedagogía crítica enfatiza los procesos de participación y colaboración para que los estudiantes aprendan a trabajar juntos y desarrollen habilidades sociales y cognitivas necesarias para transformar su realidad.

La pedagogía crítica es una teoría general de la educación que se basa en posturas claramente definidas y propuestas relacionadas con las finalidades de la educación, la naturaleza humana, los conocimientos a enseñar y los métodos pedagógicos. Se caracteriza por su enfoque crítico y transformador de los sistemas educativos dominantes, su énfasis en el empoderamiento de los estudiantes y su compromiso ético y moral de formar ciudadanos críticos y comprometidos con la transformación de la sociedad. La pedagogía crítica no sólo analiza la escuela dentro de su contexto histórico, sino que también propone prácticas educativas más democráticas y dialógicas que posibiliten la construcción de sociedades más fraternas e inclusivas

BIBLIOGRAFIA:

  • Ramírez-Romero, José-Luis, & Quintal-García, Nancy-Angelina. (2011). ¿Puede ser considerada la pedagogía crítica como una teoría general de la educación? Revista iberoamericana de educación superior, 2(5), 114-125. Recuperado en 05 de mayo de 2023, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2007-28722011000300006&lng=es&tlng=es.


Pedagogías: reflexiones y debates.

 

Capítulo I La pedagogía y la teoría de la educación

 Atreves de la historia nos remitimos al pasado donde la pedagogía busca un remanso que le permita la reflexión, que nos despegue un instante del presente para entenderlo desde algo más humanizadora. Es por eso que los diferentes aportes educativos varían significativamente entre países y regiones, y la pedagogía ha sido fuertemente influenciada por la tradición europea. A partir de sus fundamentos, se han abordado recientemente la influencia norteamericana y, de manera más específica, el ángulo latinoamericano. Dos escenas fundamentales han moldeado la educación: el mito de Prometeo, que es la escena fundadora de la pedagogía occidental, y la escena de los requerimientos, que proponemos como la fundadora de la educación latinoamericana. Ambas escenas son importantes. La civilización occidental ha entendido. Este mito habla de la idea de la transmisión del saber por la acción de terceros, un saber que posse dioses y que Prometeo transmite a los hombres. El castigo que Zeus aplica a Prometeo por desobedecerle encadenándolo en el Cáucaso, lo cual tiene un significado en donde podemos definir como la disputa de la posesión del saber y del derecho a transmitirlo. Este mito, los griegos valoraron a la educación como el proceso indispensable para reproducción de la sociedad.

Durante la primera mitad del siglo XX, el psicoanálisis sugirió ya que era posible transmitir la cultura sin traumas. Sin embargo, en la segunda mitad del siglo, las corrientes críticas del estructuralismo y el marxismo cuestionaron las definiciones previas de educación. En las últimas décadas del siglo, la educación neoliberal redujo los objetivos educativos a una satisfacción inmediata y el consumo, dejando de lado la idea de la realización humana que tenía la antigüedad griega, en la que se buscaba el desarrollo del ser sustancial a través del conocimiento verdadero. Ahora, el enfoque se ha inclinado hacia el tener para consumir.

Es por eso que la revolución tecnológica del final del siglo XX cambió la perspectiva de la pedagogía, ya que los encargados de la educación perdieron la capacidad de controlarla en el contexto escolar. El mercado se convirtió en el determinante de la distribución del capital cultural entre la población.

¿Qué es la pedagogía?

La pedagogía es un campo complejo que no puede ser definido de forma universal, ya que está estrechamente relacionado con la educación y abarca una amplia gama de experiencias, conocimientos y saberes. Esta implica la construcción y producción de la sociabilidad y la subjetividad, y está situada históricamente en una época, coyuntura u orden civilizatorio particular. Debido a la diversidad de sentidos que implica, la pedagogía es un campo compuesto por acciones plurales y estructurado por componentes en tensión, con actores en posiciones pugnantes para forjar futuros viables. Es importante destacar que la pedagogía propone una meta reflexión de la producción pedagógica y no una reconstrucción histórica de cómo se pensaba la educación en cada momento

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Aproximaciones epistemológicas y conceptuales

A través de diversas teorías y conceptos de distintos autores, se han creado varias definiciones de pedagogía que se han ido construyendo y transformando con el tiempo. Sin embargo, todas estas definiciones tienen en común la idea de la formación de un nuevo sujeto, lo que implica una transformación. La pedagogía es un campo complejo que involucra la articulación de experiencias, saberes y conocimientos en torno a la educación. Debido a esto, no es posible sostener una definición universal de pedagogía que sea válida para todas las situaciones y que no se superponga con el concepto de educación.

La pedagogía y su objeto, la educación, contienen sentidos implícitos que están históricamente situados en una época, coyuntura o un orden civilizatorio. Por lo tanto, la pedagogía es un campo compuesto por acciones plurales, estructurado por componentes en tensión y actores en posiciones pugnantes por alumbrar futuros viables.


Existen tensiones entre dos maneras de concebir la educación: como un objeto con sustancia propia (sentido restringido) o como actividad que está al servicio de la conservación, democratización, reproducción o transformación de la sociedad (sentido amplio).

En la modernidad, referentes como Locke, Rousseau, Kant, Herbart, Comenio y diferentes desarrollos de sacerdotes católicos, así como el debate de la Convención Francesa, contribuyeron a las ideas pedagógicas vigentes. De estas producciones, se pueden extraer variadas enseñanzas que resaltan la formación de un sujeto nuevo, adaptado a los requerimientos modernos, capaz de sostener un sentido vital dentro de nuevos condicionamientos producto de los conflictos religiosos, la nueva organización política y social, las transformaciones del capitalismo y la revolución industrial, la ampliación del mundo conocido y la intensificación de la explotación como forma de relación con la fuerza de trabajo.

 

Pedagogía, pedagogías y ciencias de la educación

Se discute el estatus disciplinario de la pedagogía y los agentes que participan en ella, como la teoría, la práctica educativa y los educadores. Los educadores tienen un papel crucial en la construcción del campo a través de su práctica teórica. Sin embargo, deben enfrentar desafíos para resolver problemáticas y utilizar teorías para comprender la realidad. La pedagogía se puede entender como una teoría de la educación, ciencias de la educación o filosofía de la educación, y estos términos posicionan a la pedagogía dentro del campo de producción sobre el objeto educativo.


En este campo, se debate acerca de la capacidad de desarrollar una teoría sobre la educación. Surge un conflicto entre aquellos que hacen la educación y aquellos que simplemente la piensan. Dentro de este debate, hay dos cuestiones polémicas que se superponen: las teorías del conocimiento y las teorías sobre el objeto educativo. En la producción de conocimiento sobre el objeto educativo, se permiten ciertas lógicas de construcción del conocimiento, que a su vez pueden descalificar o permitir la subordinación de otras. No se puede asegurar la preeminencia de ninguna de ellas sin reconocer que esa posición se ocuparía bajo una intencionalidad normativa epistemológica que ordene las prácticas. El saber educativo incluye la propia práctica como un saber en acción y en el interior del saber científico, y no como un simple campo de aplicación de nociones o conceptos elaborados por fuera de la práctica. Prometeo pregunta a la diosa si entre los saberes que le han sido cedidos está el de la transmisión de esos saberes, a lo que la diosa le responde que ese es el saber que él deberá adquirir en el momento de la transmisión.


El surgimiento del pensamiento pedagógico latinoamericano

 El pensamiento pedagógico latinoamericano surge con la idea de que la educación es eficaz en la medida en que forma un sujeto capaz de selectivamente apropiarse, transgredir y recrear la cultura de sus mayores o de aquellos grupos sociales que dominan. La transmisión de conocimientos implica siempre una acción dirigida a otro individuo y es un evento social que establece vínculos y produce sociedad. La definición universal de la transmisión de conocimientos no es inocente, ya que los distintos grupos sociales tienen la intención de perpetuarse a través de ella, aunque no siempre se busquen las mismas significaciones. Es necesario deconstruir el término y seguir la asociación de transmisión que más fuerza tiene en el pensamiento: se trata de la herencia. Si relacionamos transmisión-herencia-sucesión-descendencia, podemos reconstruir la definición universal. La dirección de la transmisión va de las generaciones adultas a los jóvenes, pero la sucesión indica un orden social. Los pueblos que han persistido en la obediencia absoluta y en la repetición del mensaje cultural sin alteraciones han caído en el aislamiento y finalmente en la extinción. La historia de la educación latinoamericana reconoce antecedentes decisivos en la tradición precolombina, especialmente en países cuya población logró su sobrevivencia cultural frente a la masacre colonizadora. En la colonización, los conquistadores no distinguían diferencias, no percibían especificidades y buscaban desintegrar las culturas ajenas construyendo un mundo de una sola lengua y una sola religión. La colonización es el primer paso hacia la globalización, que se funda en la subordinación de los pueblos a parámetros políticos, económicos y pedagógicos establecidos por un poder central.

En conclusión, podemos apreciar que la pedagogía latinoamericana es una amalgama de diversas corrientes influenciadas por la tradición europea, que tiene sus raíces en la transmisión de conocimientos por parte de educadores y educandos que habían sido oprimidos por países colonizadores en el pasado.








BIBLIOGRAFIA:

  • Puiggrós, A., y Marengo, R. (2013). Capítulo I La pedagogía y la teoría de la educación, pp. 11-31. Pedagogías: reflexiones y debates. Bernal: Universidad Nacional de Quilmes.


El estatuto del saber pedagógico. Volver a pensar la educación

 

LA PEDAGOGIZACION DEL CONOCIMIENTO

Desde el Renacimiento se puedo ver las instituciones educativas como en ese entonces eran los colegios jesuitas, ese cambio o transformación se le llama la pedagogizacion de los conocimientos. Se encontraron ante una problemática donde había una separación cada vez mas marca sobre los adultos y los niños, lo cual se pone en marca las nuevas formas específicas de la educación.


Es por eso que este proceso de pedagogizacion de conocimiento que menciona el autor ha sido influenciado por factores sociales a lo largo de la historia. Para ello, se hace un análisis histórico del papel de la Iglesia Católica y los jesuitas en la pedagogización del conocimiento en el Renacimiento y se describe cómo formas de educación lideradas por ellos.

Este tipo de conocimiento solo es para la formación de buenos cristianos ya que “Los maestros jesuitas no solo reforzaron el estatuto conferido a “la infancia” con la opción de educaría en espacios cerrados, en los colegios, sino que sintieron también la necesidad de controlar los saberes que iban a transmitir y de organiza esos saberes de forma que se adecuasen a las supuestas capacidades infantiles” (Varela, J.,1995) Por lo tanto este conocimiento adquirido dejaba a los estudiantes  sin autonomía alguna y convirtiendo el conocimiento en propiedad de los maestros especializados y designados por los jesuitas.  Ya que, Asimismo, se tenía un completo control de lo que las personas deben aprender y cómo lo deben aprender, lo que implica la creación de un aparato de penalización y de moralización de los estudiantes.

 

Se describe una segunda fase en la pedagogización del conocimiento, donde se refiere al papel del Estado en la organización de los saberes con el fin de cohesionar a las personas y ponerlas al servicio del mismo. En este sentido, se establecen cuatro procedimientos para fundamentar la finalidad de la organización de los saberes: la descalificación de los saberes muy costosos, la normalización de unos saberes para limitarlos y hacerlos intercambiables cuando se quiera, la clasificación jerárquica desde los saberes subordinados y los ahora predominantes, y la desaparición de unos saberes y la proliferación de otros.

 


Dicha pedagogización del conocimiento consistía en encontrar la afinidad entre la disciplinarización de los saberes ligados a la formación de mentes capitalistas y productoras, y el intento de una construcción social con un nuevo sujeto, para obtener como resultado sujetos dóciles y útiles a la vez. “En esta lucha de unos saberes enfrentados a otros para alcanzar la legitimidad científica, en el conflicto de las facultades, los saberes tuvieron que verse sometidos a reglas internas, cada campo debía limitar los criterios que permitiesen seleccionar lo falso, el no saber, al mismo tiempo que definir criterios de cientificidad” (Varela, J.,1995), ya que cada saber debía construirse en diciplina (Ciencia).

La formación en la edad moderna era la moralización de los conocimientos y el moldar a los sujetos siguiendo normal de la iglesia católica y protestante. Ya para el siglo XVI donde surge el capitalismo Max Weber habla sobre un mundo de producción, donde el sujeto tiene un determinado tipo de “personalidad y de mentalidad propia de los capitalistas, una personalidad caracterizada por un tipo de “racionalidad” que obligaba sin cesar a acumular y reinvertir las ganancias en vez de utilizarlas para uso y disfrute personal” (Varela, J.,1995)



La pedagogización del conocimiento es un proceso histórico y social que se ha desarrollado a lo largo de los siglos y ha sido influenciado por diferentes factores sociales y políticos. Este proceso ha implicado la expropiación del conocimiento a los estudiantes y la creación de un aparato de penalización y moralización de los mismos. Además, ha sido utilizado para cohesionar a las personas y ponerlas al servicio del Estado, con el fin de crear una sociedad determinada con valores, ética y moral concreta. Es necesario tomar en cuenta este proceso para entender cómo se han construido las sociedades y cómo se han desarrollado las diferentes disciplinas del conocimiento.


BIBLIOGRAFIA:

·         Varela, J. (1995). El estatuto del saber pedagógico, pp. 61-69. Volver a pensar la educación (Vol. II) Prácticas y discursos educativos. Madrid: Morata. file:///C:/Users/personal/Downloads/Julia%20Varela.%20El%20estatuto%20del%20saber%20pedag%C3%B3gico.pdf

¿Puede ser considerada la pedagogía crítica como una teoría general de la educación?

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